Neil Harbisson, mejor conocido en el mundo como mitad hombre mitad robot, llegó a los Emiratos Árabes Unidos.
Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Neil Harbisson, la primera persona en el planeta en tener una fotografía en su pasaporte que demuestra que es un verdadero cyborg, asistió a la Cumbre del Gobierno Mundial en Dubai.
Neil Harbisson, un artista catalán de 33 años, usa un iBorg, un ojo cyborgizado en su cabeza. El artista daltónico afirma que el iborg le permite distinguir los colores, y quiere ayudar a otros cyborgs como él a obtener más derechos.
Harbisson afirma que su cuerpo se ha adaptado al dispositivo, y ahora considera que el ojo artificial es una parte integral de sí mismo. Harbisson nació con un trastorno llamado acromatopsia, por lo que ve el mundo entero en tonos grises. Por ejemplo, a menudo no puede responder correctamente a las señales de seguridad como un semáforo, pero es mucho más importante para él que, como artista, no pueda mostrar completamente su talento, aunque comprende perfectamente cómo la estética afecta el estado de ánimo y el comportamiento de las personas. Hace casi diez años, Harbisson decidió "mejorarse" a sí mismo para comprender cómo otras personas ven el mundo.
Como resultado, él ve como ningún otro. Ayborg convierte los colores en ondas de sonido que se transmiten al oído interno a través de un mecanismo de vibración en la parte posterior de la cabeza; de hecho, Harbisson no ve los colores, pero escucha y siente. Cada color tiene una frecuencia específica: por ejemplo, el sonido correspondiente al color infrarrojo es el más bajo y el ultravioleta el más alto. Además, algunas caras y edificios se han convertido en "música" para el artista; su combinación de tonos crea melodías que Harbisson encuentra agradables.
Los planes de Harbisson son encontrar una manera de recargar el dispositivo utilizando la energía de su propio cuerpo, por ejemplo, a través de la circulación sanguínea o la energía cinética. Además, cree que todas las personas, independientemente de si usan implantes o no, tienen derecho a defender sus creencias políticas, por lo que fundó la Fundación Cyborg para ayudar a otras personas con implantes a luchar por sus derechos.
